Marc Casadó: te estoy vigilando

Hansi Flick fue clave en la continuidad del canterano en el conjunto azulgrana.

Marc Casadó, durante el partido de Champions ante el Bayern (4-1).

“Lleva un partido y medio con nosotros y juega como un veterano. No me dejo de asombrar de su madurez al verle jugar con esa confianza, esa seguridad y ese control de la situación”. Estas fueron las palabras de Luis de la Fuente, entrenador de la Selección Española, tras el último parón de selecciones en noviembre de 2024 sobre una de las sensaciones de la presente campaña. La ventana de fichajes de verano de 2024 del Barcelona estuvo marcada por una gran expectativa y demanda. Después de una temporada sin títulos, el club catalán aprovechó este período como una gran oportunidad para renovarse, especialmente después de que Xavi Hernández acabase de marcharse y Hansi Flick fuese nombrado nuevo entrenador. Reforzar la posición del mediocampo defensivo fue una de las principales prioridades, y a lo largo de la ventana de fichajes se rumorearon nombres como Joshua Kimmich o Amadou Onana, pero el club no pudo concretar ninguno de estos acuerdos, y optaron por quedarse en el Bayern, donde está entrando en el último año de su contrato, y fichar por el Aston Villa de la Premier League respectivamente.

Ante la situación económica de la entidad culé, tocó recurrir a la prolífica cantera, que en los momentos de inestabilidad siempre le ha dado un soporte cualitativo inmediato; y la última sorpresa ha sido la irrupción de Marc Casadó. De la generación del 2003, la de Gavi, Xavi Simons, Alejandro Balde o Fermin López, parecía quedarse siempre un margen por detrás de estos, y el año pasado, relegada su oportunidad de asentarse en la rotación, lideró a un Barça Atlètic que se quedó a las puertas del ascenso a 2ª División. “La idea era buscar minutos fuera, pero con la llegada de Hansi Flick me comentaron que había analizado los vídeos del filial y del juvenil y que creía que yo podía ser una pieza importante para el equipo, y al final renové con la idea de quedarme”.

Y así ha sido. Desde el inicio de la temporada, ha respondido con creces a la confianza depositada por su entrenador, mostrando una gran madurez y calidad en el campo que le han permitido, además de ser una pieza clave en el club de sus amores, debutar con la selección española absoluta.

En profundidad

Marc Casadó emerge como un director silencioso del juego en el FC Barcelona, un mediocampista cuya influencia trasciende la estadística para instalarse en el terreno de lo esencial. Su capacidad para iniciar jugadas desde la base con elegancia y determinación lo convierte en un pilar en la construcción del sistema de Flick. Dueño de una técnica depurada y una visión panorámica del campo, su perfil posicional lo sitúa como receptor clave en la salida del balón, marcando los tiempos y los ritmos de cada posesión. No en vano, su promedio de 65,7 pases por partido con un 90,7% de éxito refleja la precisión y seguridad que aporta a cada secuencia ofensiva. El canterano no solo domina la pelota, sino que entiende profundamente las dinámicas del juego. Es un jugador que parece adelantarse al desenlace de cada acción, sabiendo dónde ubicarse para crear líneas de pase y cómo interpretar la presión rival para superarla. Bajo las órdenes de Flick, ha perfeccionado el arte del juego de posición, generando superioridades tácticas y estratégicas que impulsan al equipo desde su propio campo hasta zonas avanzadas, donde se multiplican las opciones de ataque.

En el último tercio del campo, el joven pivote refina su perfil organizador al ocupar inteligentemente los espacios libres, lejos de la vigilancia de sus oponentes. Este posicionamiento le permite recibir el balón con tiempo y ángulo para tomar decisiones incisivas. Si bien sigue la tradición de la escuela azulgrana, que prioriza el control del balón bajo presión, su capacidad para habilitar a sus compañeros con pases precisos entre líneas o envíos largos en profundidad lo dota de un matiz diferenciador respecto a otros mediocentros históricos del club, como Sergio Busquets o Pep Guardiola, con un radio de acción mucho más limitado o, según como se vea, selectivo.

Asistencia de Casadó a Lewandoski vs Real Madrid. LaLiga (0-4).

La habilidad de Casadó para realizar coberturas y desplazamientos laterales resulta clave, ya que contribuye a que el Barcelona conserve una línea defensiva sólida y bien estructurada, reduciendo los espacios que los delanteros rivales pueden aprovechar. Según el informe estadístico de Breaking the Lines, en lo que va de temporada de La Liga 2024/25 se sitúa en el percentil 99 en entradas ganadas por 90 en el tercio ofensivo (0,76), y también ocupa un lugar destacado en entradas en el tercio medio con 1,5 por 90. Su capacidad de adaptación se pone de manifiesto en las situaciones de repliegue defensivo, donde se posiciona con precisión para reforzar la última línea. Casadó combina agresividad con control, lo que le permite ejecutar intervenciones defensivas precisas sin recurrir a faltas innecesarias, ajustándose siempre al momento exacto en que es requerida la acción.  Esto, tan intrínseco en su juego e infravalorado a la hora de hacer análisis, forma parte de una interpretación del juego de carácter superior, y le convierten en un elemento esencial para sujetar al equipo en situaciones convulsas. 

Marc Casadó representa el prototipo del mediocampista moderno: técnico, táctico y cerebral, y su impacto en el sistema de Flick es tan evidente como su potencial para convertirse en una referencia del Barcelona en los años venideros.


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